Últimamente uno de los juegos favoritos de Paula es el de convertirnos en personajes de cuentos. Al principio comenzaba con un "ahora eres...", pero el ritual va cambiando y últimamente es "¿Quien eres?". El juego consiste en que tú dices que eres cualquier personaje de cuento, siempre que sea de los "malos", ya que así ella tiene la excusa perfecta para salir corriendo y gritando por la casa. Si no vas tras ella, te llama, te viene a buscar o se esconde y te reclama desde ese escondrijo perfecto en el que piensa que, como tiene tapada la cabeza, no la vas a ver. Entonces yo me acerco, y comienzo a preguntar muy alto "¿Dónde estará Paula, o Caperucita o lo que toque?" Y comienzo a palpar por donde está. Pequeños toques. Doy con la mano, un suave pisotón, de modo que ella se parte de risa mientras piensa que sigo sin verla.
Con mi padre se lo pasa pipa. Unas veces le dice: "abuelo, soy Caperucita y tú eres el lobo ,o eres un ogro abuelo"... y cuando éste es demasiado convincente en su papel y le da alcance, entonces dice rápidamente "¡ahora eres el abuelo, ahora eres el abuelo!".
Este inocente juego nos ha puesto alguna vez ante situaciones comprometidas, como el otro día. Paula estaba en los columpios. Generalmente no le gusta que le estés empujando todo el rato, sino que la eleves "hasta el cielo" y la dejes sola. Así que su padre y yo estábamos sentados en el parque mientras ella se divertía sola. Cuando ya no se movía, Raúl se acercó a darle un buen empujón. Según agarra la silla, ella le pregunta "¿Quien eres?". Su padre, un poco sordete, no le contesta. Paula insiste, "¿Quien eres?". Pero Raúl, sordo de nuevo o lento de reflejos, sigue sin contestar. Yo, observando desde lejos, vi al padre que mecía en el columpio de al lado, ya un poco mosqueado, mirando con mala cara a Raúl y dispuesto a actuar si la cosa iba más lejos. Paula volvio a insistir "¿Quien eres?"... Y menos mal que su padre respondió rápìdamente esta vez "¡Soy un ogro!" "¡No, papá, un ogro no, un dragón!".
Os pongo su último video favorito, unión de dos de sus cuentos preferidos, Caperucita Roja y Los Tres Cerditos (le encanta lo de las palomitas del final. He comprado maíz para hacer en casa y que lo vea "al natural"):
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