martes, 30 de junio de 2009

A MI GORDITO

Entre maleta y maleta, pensar y descubrir que al final se me olvida algo, te dejo esto:



Nos vemos prontito... y no veo la hora.

lunes, 29 de junio de 2009

MATILDA

Tengo unos cuantos meses por delante de vacaciones, y esto significa, unos cuantos meses de disfrute de mi enana y de tortura para los demás. ¿Por qué tortura? Porque espero no parar de poneros sus ocurrencias y creacciones y lo mucho que me sorprenden.

Ya sé, ya sé, los padres somos un poco pesados. Pensamos que nuestro hijo es especial, y creo que debe ser así. Para todos aquellos que no veis por mis ojitos y se os ocurren un montón de comentarios a las maravillas de mi nena, os lo pongo fácil. Aquí os dejo un fragmento del primer capítulo de "Matilda". Me encantó en su momento cuando lo leí y aún hoy, sintiéndome reflejada, sigo disfrutando con ese humor tan cruel y característico de este autor (por lo menos, yo no he conseguido leer nada de él sin pensar que todas sus obras tienen un toque implacable e incluso despiadado).

Os adelanto que yo soy peor que cualquiera de los padres que se describen en el texto. Soy de las madres orgullosas que no parar de proclamar a los cuatro vientos los logros de su hijo y, pese a todo, de las que piensan que todavía no le valoro lo suficiente. Que tengo una Matilda en casa y no me comporto mejor que los señores Wormwood:

"Ocurre una cosa grandiosa con las madres y los padres. Aunque su hijo sea el ser más repugnante que uno pueda imaginarse, creen que es maravilloso.

Algunos padres van aún más lejos. Su adoración llega a cegarlos y están convencidos de que su vástago tiene cualidades de genio.

Bueno, no hay nada malo en ello. La gente es así. Sólo cuando los padres comienzan a hablarnos de las maravillas de su descendencia es cuando gritamos: <<¡Tráiganme una palangana! ¡Voy a vomitar!>>

Los maestros lo pasan muy mal teniendo que escuchar esas tonterías de padres orgullosos, pero normalmente se desquitan cuando llega la hora de las notas finales de curso. Si yo fuera maestro, imaginaría comentarios genuinos para hijos de padres imbéciles. <<Su hijo maximilien>, escribiría, <<es un auténtico desastre. Espero que tengan ustedes algún negocio familiar al que puedan orientarle cuando termine la escuela, porque es seguro, como hay infierno, que no encontrará trabajo en ningún sitio>>. O si me sintiera inspirado ese día, podría escribir: <<Los saltamontes, curiosamente, tienen los órganos auditivos a ambos lados del abdomen. Su hija Vanessa, a juzgar por lo que ha aprendido este curso, no tiene órganos auditivos>>.

Podría, incluso, hurgar más profundamente en la historia natural y decir: <<La cigarra pasa seis años baja tierra como larva y, como mucho, seis días como animal libre a la luz del sol y al aire. Su hijo Wildfred ha pasado seis años como larva en esta escuela y aún estamos esperando que salga de la crisálida>>. Una niña especialmente odiosa podría incitarme a decir: <<Fiona tiene la misma belleza glacial que un iceberg, pero al contrario de lo que sucede con éste, no tiene nada bajo la superficie>>. Pero ya está bien de esto. Tenemos que seguir.

A veces se topa uno con padres que se comportan del modo opuesto. Padres que no demuestran el menor interés por sus hijos y que, naturalmente, son mucho peores que los que sienten un cariño delirante. El señor y la señora Wormwood eran de esos. Tenían un hijo llamado Michael y una hija llamada Matilda, a la que los padres consideraban poco más que como una postilla. [...]"

Para aquellos a los que les haya picado la curiosidad el libro se titula "Matilda". Su autor es Roald Dahl (Los Gremlins, Charly y la fábrica de chocolate, James y el melocotón gigante, El cocodrilo enorme, Las brujas). El texto está sacado de la edición de Alfaguara (ISBN: 84-204-4638-6).

Por cierto, soy así de cansina también con mis perros: ¡¡¡Son los más bonitos y maravillosos del mundo!!!

Se aceptan críticas :-)

domingo, 28 de junio de 2009

TODA UNA EXPERIENCIA

Hace años le cogí una manía impresionante a esta película. Una de las favoritas de mi hermana. Si no la veía más de 4 ó 5 veces en una semana, yo creo que no la veía ninguna. Mi venganza era terrible, claro, ella se tragaba "Una habitación con vistas" y "Sexo, mentiras y cintas de vídeo". El caso es que llegué a aprenderme diálogos enteros.

Hoy me siento muy próxima a Rutger Hauer. Estoy de acuerdo, es toda una experiencia y no precisamente de las buenas.

martes, 23 de junio de 2009

NECESITO A SERRAT EN VENA

No sé si son las hormonas revolucionadas o revolucionarias, la mala experiencia o simplemente un bajón. El caso es que necesito una sobredosis de Serrat.

Para haceros partícipes, os pongo otra versión de la canción-himno de este blog. Qué mejor modo que hacer que sea un gran día que estar rodeado de amigos. Por eso he elegido este vídeo.

lunes, 22 de junio de 2009

CON UN POCO DE AZÚCAR

¿Quien no ha querido alguna vez tener un "dedo mágico" para poder hacer todas las cosas de la casa en un segundo y dedicar el resto del tiempo a lo que de verdad le gusta? ¡¡¡Pues yo sigo deseándolo!!! A lo mejor es la "píldora" que necesito para verle el "lado divertido":

domingo, 21 de junio de 2009

A MIS BEBÉS

Ayer, en el coche puse a mi querido Serrat cantando a Miguel Hernandez y escuché de nuevo "Menos tu vientre". Me llegó al alma, como nunca antes lo había hecho y no hacía más que tocarme la barrigota. Se la dedico a "mi bebé" o "el siguiente", como le llamamos de broma en casa.



MENOS TU VIENTRE

Menos tu vientre
todo es confuso.

Menos tu vientre
todo es futuro
fugaz, pasado,
baldío, turbio

Menos tu vientre
todo es oculto,
menos tu vientre
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.

Menos tu vientre
todo es oscuro,
menos tu vientre
claro y profundo.

El vídeo no es el que más me gusta. Había otro, precioso, con imágenes de mujeres embarazadas, pero cantado por Silvio Rodriguez y lo siento, pero para mi pierde el poema. He preferido sacrificar las imágenes y que os imagineis en vez de mujeres estupendas, mujeres estupendas con magníficas y fecundas barrigas, por la voz y el sentimiento.

Para Paula tengo esta otra. Una de las favoritas de mi padre... y ahora entiendo por qué. Gracias gordito, por enseñarme desde pequeña estas maravillas. Gracias princesa por hacerme sentir todo lo que se describe en el poema.



NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.

(..................)

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

(....................)

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

(.....................)

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

viernes, 19 de junio de 2009

LA FRAGILIDAD DE LAS COSAS



¿Nunca os habéis preguntado lo que cuesta construir las cosas y lo poco que se tarda en romperlo?

Una escultura de arena. Horas para modelarla y en un segundo un ola la engulle, dejando una masa informe de arena donde antes había arte.

Una jarra. El tiempo de preparación del material, el torno, el horno, el decorado, y en un descuido.. crahs!! Tenemos un puzzle de barro cocido.

Y aunque todos tenemos la capacidad de crear, no todos tenemos desarrollada esa capacidad del mismo modo, ni en los mismos campos. Lo que si tengo claro es que la capacidad de destruir es casi la misma. Y es una lástima.

A veces destruimos sin darnos cuenta de cuanto nos ha costado llegar. Sin valorar el esfuerzo. Una vez que hemos hecho añicos es cuando nos invade la sensación de pérdida, desamparo y un ¡qué he hecho! o ¡qué ha pasado! Pues no siempre tenemos que ser los culpables de la destrucción. Entonces comenzamos a juntar los trocitos, en un intento de dejar las cosas como estaban, sin ser conscientes de que eso no es posible. Ahora tenemos, u otra escultura o un puzzle de barro con forma de jarra. Pero no son los mismos.

Con esto no quiero decir que lo obtenido sea peor. Simplemente, diferente.

A Paula, por ejemplo, cuando se le rompe una pintura le digo: "No pasa nada hija, ahora tienes dos". Pero dar consejos, y más sintiendo las cosas como mero observador, suele ser sencillo.

En estos momentos me debato entre ver la pintura rota o la alegría de tener dos más pequeñitas. Entre ver un jarrón roto, un puzzle de barro o la suerte de que los pedazos vayan a formar parte de algo mejor. Un mosaico de Gaudí. Entre ver mi escultura, mi montón de arena informe o mi propio pedazito de playa.

Estoy juntando mis trocitos, nuestros trocitos y, dependiendo del día, veo un puzzle de mi misma, de nosotros o la posibilidad de algo superior. La creencia de que todo ocurre por algo y que ese algo es mucho mejor. Nos sirve para crecer, enriquecernos.





Aprovecho para poneros unas fotitos que saqué hace años de algunos de esos bellísimos mosaicos... mis fotos no les hacen justicia.

lunes, 1 de junio de 2009

¿QUIEN ERES?

Últimamente uno de los juegos favoritos de Paula es el de convertirnos en personajes de cuentos. Al principio comenzaba con un "ahora eres...", pero el ritual va cambiando y últimamente es "¿Quien eres?". El juego consiste en que tú dices que eres cualquier personaje de cuento, siempre que sea de los "malos", ya que así ella tiene la excusa perfecta para salir corriendo y gritando por la casa. Si no vas tras ella, te llama, te viene a buscar o se esconde y te reclama desde ese escondrijo perfecto en el que piensa que, como tiene tapada la cabeza, no la vas a ver. Entonces yo me acerco, y comienzo a preguntar muy alto "¿Dónde estará Paula, o Caperucita o lo que toque?" Y comienzo a palpar por donde está. Pequeños toques. Doy con la mano, un suave pisotón, de modo que ella se parte de risa mientras piensa que sigo sin verla.

Con mi padre se lo pasa pipa. Unas veces le dice: "abuelo, soy Caperucita y tú eres el lobo ,o eres un ogro abuelo"... y cuando éste es demasiado convincente en su papel y le da alcance, entonces dice rápidamente "¡ahora eres el abuelo, ahora eres el abuelo!".

Este inocente juego nos ha puesto alguna vez ante situaciones comprometidas, como el otro día. Paula estaba en los columpios. Generalmente no le gusta que le estés empujando todo el rato, sino que la eleves "hasta el cielo" y la dejes sola. Así que su padre y yo estábamos sentados en el parque mientras ella se divertía sola. Cuando ya no se movía, Raúl se acercó a darle un buen empujón. Según agarra la silla, ella le pregunta "¿Quien eres?". Su padre, un poco sordete, no le contesta. Paula insiste, "¿Quien eres?". Pero Raúl, sordo de nuevo o lento de reflejos, sigue sin contestar. Yo, observando desde lejos, vi al padre que mecía en el columpio de al lado, ya un poco mosqueado, mirando con mala cara a Raúl y dispuesto a actuar si la cosa iba más lejos. Paula volvio a insistir "¿Quien eres?"... Y menos mal que su padre respondió rápìdamente esta vez "¡Soy un ogro!" "¡No, papá, un ogro no, un dragón!".

Os pongo su último video favorito, unión de dos de sus cuentos preferidos, Caperucita Roja y Los Tres Cerditos (le encanta lo de las palomitas del final. He comprado maíz para hacer en casa y que lo vea "al natural"):