Trasladan mi cama a la sala de anestesias. Una chica muy simpática me pincha, y después de enredar un poco, dice que se ha equivocado y tiene que volver a pinchar... ¡¡¡y yo que pensaba que las prácticas se hacían mientras estudias la carrera!!!
Cuando me llevan a mi cuarto de nuevo, otra vez en mi cama, pues desde que entras se convierte en tu gran compañera, oigo que la guapa ginecóloga dice que la de la habitación X, es insoportable. ¿Adivinais a quien pertenece esa habitación? ¿por qué la gente así no se cuestiona si lo hace bien o mal? ¿Por qué considera que está por encima del bien y del mal? ¿Por qué no le respondes?... porque tienes más educación que ella.
Al rato llega "la guapa", y me mete ciertos aparatejos por mis partes nobles. rompe la bolsa y monitoriza a mi hija internamente. A partir de ahí ya va todo rapidito. Al poco vuelve la guapa y me mete mano de nuevo para ver si he dilatado... ¡¡estás completa!!! dice sorprendida. Y tú pensando, es que con tal de salir pronto de aquí...
Te conectan la maquinita de los marcianos y te dicen que cuando veas que indica X valor, te pongas a empujar como una loca. Eso son las contracciones. Total que a la novena contracción le digo a mi maridín "noto algo entre las piernas, avisa a la matrona", a lo que él responde "me voy al baño" (je, je, no hay mejor "enema" que los nervios). Aparece "la guapa" con cara de circunstancia y me dice "a ver, qué pasa" (leedlo con la entonación correcta, es así cómo: a verrrr, qué pasa pesadita). "Noto algo entre las piernas", "sí, claro. Déjame ver... ¡¡¡vamos al paritorio!!!". A lo que te dan ganas de contestar... ¡listilla!
Te colocan en el potro... postura anatómica, cómoda y natural donde las haya. La matrona en prácticas (majísima, por cierto) es la que me atiende. Todo parece ir genial, hasta que al final se atasca un poco mi gordita y viene "la guapa" a subirse encima de mi y empujar con su codo a mi bebé.
Sale mi preciosa muñeca, y mis lágrimas con ella. Es la niña más bonita del mundo y hoy tengo que añadir que la más guapa, simpática, lista... ¡¡¡y no es amor de madre!!!! Me la ponen en el pecho y al ratito me la quitan para lavarla y realizarle las pruebas ¿necesarias?. De repente veo como algo se arranca de la cabecita de mi bebé y a la enfermera que dice "¡se me olvidó!". Hoy todavía conserva la cicatriz en su coronilla.
Menos mal que ver a mi gordita y la cara de su padre mientras la sostenía en brazos te hace olvidar todos los males. El mal trato, las groserías, las manipulaciones innecesarias...
1 comentario:
jo, charo, qué historia. Menos mal que tienes a tu niña preciosa, porque lo que cuentas me pone las escamas como escarpias...
un besito
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