Somos el resultado de nuestras vivencias y de lo que nos hemos dejado moldear por los personajes que forman parte de ellas.
viernes, 15 de enero de 2010
VIERNES MUDO: MIS DOS AMORES
Del blog de una amiga, del que saco siempre ideas interesantes, he copiado ésta porque me encanta: http://historiasdeiraides.blogspot.com/
jueves, 14 de enero de 2010
LO QUE NO TE CUENTAN EN LAS CLASES DE PREPARACIÓN AL PARTO...
... por lo menos en mi caso:
* El dolor que deja en la espalda la epidural. Es como si un dinosaurio te pisoteara las vértebras cada vez que andas.
* La sensación de tener un enooorme vacío en la tripa y notar como los órganos te bailan mientras se recolocan los primeros días.
* Las varices.
* Los kilos de más. Los míos son producto del turrón de chocolate con toda seguridad ;-) y de los bizcochos que he hecho con mi hija.
* La cuarentena: tendrás que llevar unas compresas de la época prehistórica y lo peor, sin tira adhesiva para sujetarla.
* Las hemorroides. Ese gran desconocido del que nadie habla, pero que según una amiga vienen junto con el bebé y el amor por él en el parto.
* El dolor de la subida de la leche y que te entrará complejo de "Yola Berrocal" al sentir que tus brazos no se pegan al cuerpo porque hay dos inmensos globos que lo impiden. Menos mal que son solo unos dos o tres días...
Pero lo que fijo no te cuentan es que vas a tener el bebé más bonito del mundo y que desde ese mismo instante va a ser lo más importante en tu vida. Os presento a Héctor, mi niño, mi gordito especial:
El día que nació
Con una semanita
A dos días de cumplir el mes
* El dolor que deja en la espalda la epidural. Es como si un dinosaurio te pisoteara las vértebras cada vez que andas.
* La sensación de tener un enooorme vacío en la tripa y notar como los órganos te bailan mientras se recolocan los primeros días.
* Las varices.
* Los kilos de más. Los míos son producto del turrón de chocolate con toda seguridad ;-) y de los bizcochos que he hecho con mi hija.
* La cuarentena: tendrás que llevar unas compresas de la época prehistórica y lo peor, sin tira adhesiva para sujetarla.
* Las hemorroides. Ese gran desconocido del que nadie habla, pero que según una amiga vienen junto con el bebé y el amor por él en el parto.
* El dolor de la subida de la leche y que te entrará complejo de "Yola Berrocal" al sentir que tus brazos no se pegan al cuerpo porque hay dos inmensos globos que lo impiden. Menos mal que son solo unos dos o tres días...
Pero lo que fijo no te cuentan es que vas a tener el bebé más bonito del mundo y que desde ese mismo instante va a ser lo más importante en tu vida. Os presento a Héctor, mi niño, mi gordito especial:
El día que nació
Con una semanita
A dos días de cumplir el mes
miércoles, 13 de enero de 2010
UN NUEVO MIEMBRO EN LA FAMILIA
Desde hace poco más de un mes somos uno más en la familia. Por fin mi gordito decidió salir para que le disfrutemos y le hagamos feliz.
Pero eso no es todo, con Héctor han llegado de nuevo las preguntas, las recomendaciones y las críticas a nuestro modo de hacer las cosas. Es curioso, además, cómo todo el mundo pregunta y responde lo mismo y por partida doble, porque ya lo hicieron con Paula.
¿Es bueno? Si. Me dan ganas de añadir ¿Qué niño no es bueno, y más si hablamos de recién nacidos? Sus siguientes preguntas me contestan ¿Te deja dormir? ¿No llora? Si, me deja dormir y no, no llora, en cuanto lo hace le cojo y se calma. Eso no es bueno. ¿Y quien lo dice? Para mi hijo es genial, deja de llorar y de sufrir. ¿Y cuando va a dejar Paula de tomar el pecho? O lo que es peor, se lo dicen a ella añadiendo comentarios como que ya es mayor, que hay que dejar a su hermanito, etc.
Esta vez no pienso hacer referencia a ningún artículo, estudio, etc. que justifique mi modo de actuar y de hacer las cosas con mis hijos. Que los hay a montones, es cierto, pero estoy convencida que aquel al que le interese ya investigará por su cuenta del mismo modo que lo hice yo. Voy a contar mis razones, sin "evidencias científicas" como dicen en mi casa para tomarme el pelo, de las críticas más comunes: tener todo el día en brazos a mis hijos, no dejarles llorar, colecho y lactancia (sobretodo la prolongada con Paula y ahora el tandem).
* No le dejo llorar porque le veo sufrir. ¿Cómo voy a consentir que sufran los seres que más quiero? ¿Cómo cuando calmarlos y hacerles felices me resulta tan sencillo? ¿Cómo cuando piden tan poco: comer, dormir y MAMÁ?
* Le tengo en brazos porque no hay cosa que más me guste. Sentir su calor, su cuerpecito, comérmele a besos, enamorarme cada vez más de su preciosa carita y quedarme las horas muertas mirándole. Disfrutar de sus gestos, de sus ruiditos. Sentir como sus manitas agarran mis dedos... Porque una sonrisa suya me quita todos los males y no quiero perderme ninguna.
* Duermo con ellos por lo mismo que lo anterior. Porque además sé que están bien, que si me necesitan estoy a su lado. Si tienen fiebre lo noto en sus manitas cuando me agarran. Si les despierta una pesadilla inmediatamente me notan a su lado acariciándoles y sabiendo que estoy ahí. Me encanta dormirme con el "mamá te quiero" de Paula, mientras me da un beso y me abraza o me pide que le de la mano, y despertarme viendo sus caritas relajadas.
* El pecho o "la tetita" que dice Paula. Porque es lo mejor, porque no me cuesta nada, porque es alimento, cercanía. ¡Porque quiero y son mis tetas!
Pero eso no es todo, con Héctor han llegado de nuevo las preguntas, las recomendaciones y las críticas a nuestro modo de hacer las cosas. Es curioso, además, cómo todo el mundo pregunta y responde lo mismo y por partida doble, porque ya lo hicieron con Paula.
¿Es bueno? Si. Me dan ganas de añadir ¿Qué niño no es bueno, y más si hablamos de recién nacidos? Sus siguientes preguntas me contestan ¿Te deja dormir? ¿No llora? Si, me deja dormir y no, no llora, en cuanto lo hace le cojo y se calma. Eso no es bueno. ¿Y quien lo dice? Para mi hijo es genial, deja de llorar y de sufrir. ¿Y cuando va a dejar Paula de tomar el pecho? O lo que es peor, se lo dicen a ella añadiendo comentarios como que ya es mayor, que hay que dejar a su hermanito, etc.
Esta vez no pienso hacer referencia a ningún artículo, estudio, etc. que justifique mi modo de actuar y de hacer las cosas con mis hijos. Que los hay a montones, es cierto, pero estoy convencida que aquel al que le interese ya investigará por su cuenta del mismo modo que lo hice yo. Voy a contar mis razones, sin "evidencias científicas" como dicen en mi casa para tomarme el pelo, de las críticas más comunes: tener todo el día en brazos a mis hijos, no dejarles llorar, colecho y lactancia (sobretodo la prolongada con Paula y ahora el tandem).
* No le dejo llorar porque le veo sufrir. ¿Cómo voy a consentir que sufran los seres que más quiero? ¿Cómo cuando calmarlos y hacerles felices me resulta tan sencillo? ¿Cómo cuando piden tan poco: comer, dormir y MAMÁ?
* Le tengo en brazos porque no hay cosa que más me guste. Sentir su calor, su cuerpecito, comérmele a besos, enamorarme cada vez más de su preciosa carita y quedarme las horas muertas mirándole. Disfrutar de sus gestos, de sus ruiditos. Sentir como sus manitas agarran mis dedos... Porque una sonrisa suya me quita todos los males y no quiero perderme ninguna.
* Duermo con ellos por lo mismo que lo anterior. Porque además sé que están bien, que si me necesitan estoy a su lado. Si tienen fiebre lo noto en sus manitas cuando me agarran. Si les despierta una pesadilla inmediatamente me notan a su lado acariciándoles y sabiendo que estoy ahí. Me encanta dormirme con el "mamá te quiero" de Paula, mientras me da un beso y me abraza o me pide que le de la mano, y despertarme viendo sus caritas relajadas.
* El pecho o "la tetita" que dice Paula. Porque es lo mejor, porque no me cuesta nada, porque es alimento, cercanía. ¡Porque quiero y son mis tetas!
Etiquetas:
crianza con apego,
de gorditos,
mi gordito brujito
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