viernes, 14 de noviembre de 2008

DROGAS DURAS

Estoy empaquetando el regalo para unos amigos. Un portabebés. Lo envuelvo con la satisfacción y la culpabilidad del que sabe que está incitando al inocente a la adicción. Una adicción a una droga muy dura. El contacto con tu hijo.

Recuerdo mis inicios en una BabyBjörn que nos dieron unos amigos de mi hermana. ¡¡¡Qué gozada llevar a mi gordita así!!! Pero había algo que fallaba. Ella no llegaba a estar del todo cómoda y yo tampoco.

Unos amigos cometieron el error de preguntar qué queríamos y me acordé de nuestro viaje en tren de Colonia a Amsterdam (hace bastantes años... ¡¡¡más de un lustro!!!), y de una pareja que llevaba a su hijo en "un trapo".

¡¡Eso era otra cosa!!! Del traje de Zara, pasé a uno de Channel. Cómo sería que una de las primeras sonrisas de mi hija la vi mientras me colocaba el foulard. Estaba llorando, en la hamaca, mientras yo hacía cosas en casa. Cogí mi regalo y empecé a hacer el nudo. Ella me miró y sonrió. Desde ese instante supe que ese es su sitio. Ella pegadita a mi, y yo pegadita a ella.

Ya no hablo de si es más cómodo o no que el carrito, ni de sus beneficios o ventajas. No estoy para eso en este momento. Hablo del estado de felicidad y plenitud constante que tienes con tu bebé feliz y cerquita de ti. Sentir que tú eres su casa, su refugio, su fuerza. y notar cómo es él el que te alimenta y tu motor del día a día.

Imaginad cómo os sentís cuando vuestra pareja, esa persona a la que quereis tanto,os pone la mano encima, os acaricia. ¿No os da calor? ¿No sentís amor? Pues mucho mayor es el calor y amor que os da esa criaturita inocente, esa personita que ha pasado, de la noche al día, a ser la persona más importante en vuestra vida. Ese amor, ese contacto, es una droga dura a la que no querreis renunciar.

Como diría Carlos Goñi:

[...]
Y es que no hay droga más dura
que el amor sin medida.
Es que no hay droga más dura que el roce de tu piel.
Y es que no hay nada mejor
que tener tu sabor corriendo por mis venas.
Nada mejor que el roce de tu piel.
[...]





Ya que he sacado unos versos de contexto... aprovecho para colgar la canción y dedicársela a mi gordito. Mi chico, con el que comparto, entre otras muchas cosas, el placer de portear a nuestra hija:



"El roce de tu piel"
Un vaso de whisky, un hotel diferente,
es más que suficiente para pensar en ti.
Una noche de mayo, con el mar a mi lado,
es ya tarde y tus ojos siguen allí.
Y es que son ideales para perderse en ellos,
y es que uno no aprende ni vivo ni muerto;
son las seis de la tarde,
toco enfrente del puerto,
y no consigo sacarte de mí ni olvidarme de ti.

Y es que no hay droga más dura
que el amor sin medida.
Es que no hay droga más dura que el roce de tu piel.
Y es que no hay nada mejor
que tener tu sabor corriendo por mis venas.
Nada mejor que el roce de tu piel.

Y me siento desnudo enfrente del espejo
esperando que tú me digas el precio.
No tengo muy claro si lo puedo pagar,
Recojo mis cosas, nena, vuelvo a mi hogar.
Nuestros corazones laten a la vez.
¿Quién soy yo sin ti?
¿Quién eres tu, quién?
El ritmo de la noche viste mi cancion.
Mejor cojo mis cosas, nena, mejor me voy.

Y es que no hay droga más dura
que el amor sin medida.
Es que no hay droga más dura que el roce de tu piel.
Y es que no hay nada mejor
que tener tu sabor corriendo por mis venas.
Nada mejor que el roce de tu piel.

Hoy lucho y pierdo el sentido
por dormir esta noche en tus brazos.
Hoy se perdio el equilibrio
y la balanza cayó de tu lado, mi amor. (BIS)

Y es que no hay droga más dura
que el amor sin medida.
Es que no hay droga más dura que el roce de tu piel.

1 comentario:

Unknown dijo...

Se nota que escribe una MADRE, una madre amorosa, una madre entregada, una madre feliz...