jueves, 10 de septiembre de 2009

JUEGO SIMBÓLICO

Todos hemos jugado alguna vez a ser médicos, maestros, policías, padres. En fin, nuestros héroes de la infancia. Yo, por lo menos, no le daba mucha importancia hasta que he visto a mi hija.

Desde bien pequeña representa perfectamente los personajes. Si un día va al médico, lo siguiente que hace es curar a sus muñecos. Si me acompaña al veterinario, enseguida llega a casa y es "Carolina" salvando a sus animalitos. Si vamos a la peluquería, se convierte en Santi y nos "arregla" a todos en la casa el pelo. Pero su mayor referencia, no nos engañemos, somos sus padres. Así cocina, besa a sus muñecos, les da tetita...

Gracias a esa capacidad de reproducir las situaciones diarias, nos dimos cuenta de que algo iba mal en la guardería. Castigaba a sus muñecos, les chillaba, y cuando le preguntabas por qué lo hacía contestaba "es que se ha portado mal, se ha levantado" o algo parecido. Algunas madres lo comentamos y todas habíamos notado ese cambio de actitud. La profesora había cambiado y el trato no era el mismo, algo evidente.

Aunque tienen un carácter propio, son "personitas" como se define mi hija, no podemos negar que somos su referencia. Somos su mayor ídolo y su ejemplo a seguir. Si les observamos podemos darnos cuenta de lo que estamos haciendo bien o mal.

Ayer me di cuenta de que hay algo que debo cambiar.

Siempre he sabido que era mal hablada, pero no le he dado importancia, o por lo menos no la suficiente, hasta que he tenido un hijo. Mis reiterados tacos, unidos a su fantástica memoria y a su facilidad de imitación son una bomba mal sonante. Y no digo que los que me rodean no digan nada que mi hija no pueda captar, pero si que no les va a influir tanto.

Tenía consulta médica y como no quedaba muy claro el horario de la cita y no quería tener a Paula mucho tiempo aburrida en la sala de espera, se quedó con mi hermana y con mi madre. Cuando vuelvo a recogerla me dice mi hermana: "lleva toda la mañana con la palabra cabronas". Y yo, pues no sé de quien lo habrá oído. ¿Que no lo sé? ¡¡¡Si me paso el día diciendo a las perras cuando hacen alguna trastada, "serán cabronas"!!! Pues efectivamente, fue su palabra favorita durante toda la mañana. Salimos a la calle y yo, toda orgullosa de mi niña, diciéndole, "princesa párate en ese árbol" o "tesoro ven por aquí" y mi gordi, que es un solete, haciendo caso... pero de repente, delante de los abuelitos que nos miran con cariño, nos suelta: "¡Cabronas, esperad!". ¡¡¡Pero si mi princesa se parece más a Shrek que a Blancanieves!!!

Hoy vamos al garage a por el coche. Ella montadita en su moto. Entra en el ascensor, se da un golpe contra la pared del fondo y suelta "¡Me cago en su padre"! Yo, blanca, intentando no darle importancia para ver si se le olvida, pero cuando salimos a la calle sigue diciendo "¡me cago en su padre, este timbre no funciona (el de la moto)!". También me considero culpable de ese improperio. Seguimos andando y grita "¡gilipollas!" y hasta que no estamos en el coche la retaila no cambia a "¡Gilipollas!, mamá he dicho gilipollas, pita". Entonces yo identifico el momento, dos días antes llevando a mi hermana al trabajo un camión me pita porque reduzco hasta la velocidad que me marca la señal de tráfico y no le sienta bien, me pita. Al rato me adelanta, teniendo que cruzar dos carriles ya que el coche del carril de al lado ha pensado lo mismo que yo, no voy a pagar una multa por exceso de velocidad. Al ponerse a nuestra altura nos pita de nuevo. Yo suelto "¡será gilipollas!" y le devuelvo la pitada.

Esto me recuerda a la anécdota que me comentaba una amiga hace unos días. LLevando su marido al peque en el coche, un mercedes les hace una pirula y dice "¿ese del mercedes es un g¡lipollas!". Al día siguiente un mercedes les adelanta y el niño le dice (con dos añitos) "¡papá, ese de la estrella es un gilipollas!". Lo dicho, tenemos que tener cuidado con lo que decimos, yo, desde luego y... ¿no os ha llamado la atención que no solo se quedara con el insulto, sino también con la marca del coche?

Objetivo: morderme la lengua para que mi niña no tenga el mismo vocabulario que un camionero... o su madre.

5 comentarios:

Erica dijo...

me encanto esto!!! y si... tenes razon. Ellos copian todo - lo bueno y lo malo. Pero no cuentes conmigo en si algun dia la oigo a Paula decir algo asi que no me muera de la risa!!! Como es de inteligente, por favor!!! a quien habra salido? jaaa
como ya te lo he pedido - tenes que filmarla para que yo la vea porque no me la imagino aun.

Enrique y Leticia dijo...

No te preocupes, que luego se les pasa y te llaman la atención cada vez que se te escapa una palabrota. en nuestro caso Iraides viene a chivarse de que Enrique ha dicho "jo y lo que sigue".

Es curioso pero nosotros también tenemos una anécdota con "gilipollas" y los coches que a Enrique le encanta contar.

Por cierto, ¿Tienes libros de Carolina y sus amigos? con Puck, negrito y todos los demás.

Anónimo dijo...

De veras me divierte mucho leer tus notas!! Es cierto lo q dices, son pequeños grandes imitadores!! Aqui en Argentina en lugar de "gilipollas" decimos "boludo" (es lo q mas se asemeja)y yo, q bastante mal hablada soy cuando conduzco, siempre q voy apurada digo "boludo dejame pasar"!!. El otro dia mi niño de 2 años manejando su triciclo junto a su padre q lo habia sacado a dar una vuelta, se cruza con una viejita q caminaba despacio y entonces el le dijo sin ningun complejo: boluda dejame pasar!!! Por supuesto mi marido llego a casa indignado x el tremendo papelon q le habia hecho pasar!!! Comentario de Paula Fierro. No poseeo cuenta en google asique lo debo publicar anonimo...

Mar dijo...

Demasiado cierto, yo no soy mal hablada.....bueno no tanto,pero no lo hago delante de los niños. Sin embargo soy muy mandona y Laura está copiando mis estilos. Se desquita con el pobre Andrés, lo regaña todo el tiempo y lo persigue para preguntarle hasta si se ha cepillado los dientes!!! Que conste, Andrés tiene 11 años y Laura 3, pobre del chico en la próxima década.

PD. Me gusta tu estilo de redacción, ver guardándolos para que compiles un libro.

TinnYaw dijo...

La verdad es que es increíble ver a estos pequeñajos soltando semejantes barbaridades.
Me imagino que todos los padres lectores del blog habrán visto ésto (supernani contra el niño de las palabrotas), por si acaso lo dejo aquí. Es muy fuerte.

Los que no somos padres aún, creo que deberíamos controlar nuestro vocabulario ahora e irnos acostumbrando porque de otra forma, con el paso del tiempo, nos olvidamos de que están delante.

Enlace anterior: http://www.youtube.com/watch?v=H8y71L_IgXg