¿Sabeis? me encanta ver a mi hija.
Los que me conocen saben que me encanta sacar fotos. No es que sea muy buena, pero me encanta tener retratados todos los "momentos". De hecho voy por la calle y pienso "¡Qué foto!" y "¡mira qué foto más chula!".
Con esta obsesión mía por la fotografía, pensaba que tendría fotos de todo lo que hace mi hija. Cual ha sido mi sorpresa al darme cuenta de que no es así. Tengo fotos, no lo voy a negar, pero no todas las que se podría pensar y es que me encanta disfrutar de ella. Me encanta sentarme en el suelo y verla. Verla jugar, verla corretear, verla cantar, verla pintar... me gustaría tener más paciencia y no pensar, algunas veces, que debería estar haciendo tal o cual cosa, porque no hay nada más importante que ella..
Cuando la miro, sí que pienso "qué foto más bonita tiene allí o allá.." pero siento que es perder el tiempo. Me pierdo cosas si voy a por la cámara, y me pierdo cosas si estoy pendiente de la foto. Prefiero grabar esas imágenes en la película de mi cabeza y desear tener suficiente memoria RAM como para poder visionarlas siempre que quiera.
1 comentario:
Yo debo tener unas dos millones de fotografías de mi sobrino (imagínate, tiene 6 años, desde el Hospital Clínico hasta hoy yo le he hecho fotos compulsivamente).
Te entiendo perfectamente.
¿qué tal por Almería? ¿mucho caló?
un besito
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