jueves, 17 de diciembre de 2009

HISTORIAS DE LA BARRIGOTA

Ya os conté hace tiempo que me había dado cuenta de la operación de riesgo que suponía la depilación con cuchilla estando embarazada. Pero la verdad es que los cambios físicos te ponen en más de un "aprieto".

Con Paula no me acuerdo de que me limitaran tanto. Puede ser que tuviera menos volumen, aunque yo recuerdo una enoooorme barrigota. Es verdad que con Héctor he cogido más peso, pero la barrigota la veo igual, aunque casi todos los kilos han ido a parar allí. Tendré que buscar fotos para que podáis comparar.

De aquella época me acuerdo que iba a clases de danza del vientre. Me apunté mucho antes y en el embarazo ya estaba en el tercer nivel. Una de las cosas que se hacían eran diagonales con giros. A mi nunca me supusieron un problema, pues en rítmica los hacíamos todos los días. La cosa se complicó cuando comenzó a cambiarme el centro de gravedad día a día. Cuando haces una vida normal el cambio se controla, pero cuando estás dando giros sin parar, se convierte en otra "operación de riesgo". No hacía más que preguntarme ¿En qué momento me caeré al suelo? A si que terminé por hacer "una sentada" cada vez que tocaba ese ejercício. Ni qué deciros lo que se complicaban esos tan sugerentes en los que tenías que meter barriga y sacar barriga, al estilo Shakira... vamos, que en mi estado no había diferencia posible por más que me esforzara.

En este embarazo los cambios me han limitado más, o me he fijado más en ellos. Por ejemplo, os cuento algunos:

* Colgar la ropa. Al principio la barriga no molesta, la cuelgas como si nada. En el segundo trimestre ya te tienes que poner un poco de puntillas, hay que levantar la barriga por encima del poyete. Y al finalizar el tercero, con las dimensiones y la barrigota más baja, tengo que dar una especie de minisalto, acomodar la barriga sobre el poyete y el borde de la ventana y así, intentando no perder el equilibrio ni la postura, tender toda la lavadora.

* Abrocharte los zapatos, en mi caso el nudo de las deportivas. No sé por qué el pie izquierdo me cuesta menos que el derecho, en el que no llego. Bueno, creo saberlo, Héctor está en ese lado y me impide "aplastarle". El caso es que o encuentro un taburete o algo similar donde apoyar el pie para atarme los zapatos o, como lo tenga que hacer sentada, realizo un cruzado mágico de piernas y el nudo me queda un tanto ladeado

* Conducir. Por cierto, siempre con el cinturón para embarazadas, te quita de algunos sustillos. El hecho es que depende del coche. Si hablamos del monovolumen, como los asientos son tipo butaca, ningún problema. Solo que ese es el que se lleva Raúl. Yo me quedo con "el chiquitín", el AX. Ahí la cosa se complica. El espacio es más reducido, el culo baja más y las rodillas las tienes más cerca del pecho, la barriga se comprime y el respirar se dificulta. ¡Y qué deciros de salir del coche! Vamos, que la sensación es similar a la que tendría en circunstancias normales, saliendo de un Maserati. ¡¡¡Estoy pegada al suelo!!! Solo que mi coche no es ni tan bueno, ni tan seguro, ni tan deportivo. Y lo mejor, no se os ocurra nunca, pero nunca, aparcar el coche dejando vuestra puerta bloqueada por un obstáculo (en mi caso había mercadillo y el único hueco que encontré fue pegado al contenedor de papeles, y no conté con el bloqueo, sino habría aparcado de frente, en vez de como lo hice). ¿Os cuento la sensación? ¡La de una ballena en una pecera intentando girarse! Quince minutos para salir por el lado del copiloto. Lo que en otro momento habría sido un paso la pierna, el culo y la otra pierna, aquí se convirtió en un... doblo la pierna derecha ¡no puedo, choco con la barriga! Bueno, pues me inclino un poco hacia la izquierda y saco la pierna. Enseguida doy con mi puerta y la pierna se encuentra con varios obstáculos, el volante, el freno de mano y la palanca de cambios. Tras muchas maniobras ¡operación conseguida! Ahora queda pasar el culo. El espatarre, con este peso y dimensiones es complicado. Y cuando se trata de traer la otra pierna... casi prefiero abrir la puerta del copiloto y caer por mi propio peso hacia la calle. Mientras lo hacía, me vino a la cabeza aquella canción de los inhumanos "Qué dificil es hacer el amor en un simca 1000" y pensé, "pues menos mal que no han visto esto".

Para todos aquellos que no se acuerden de la canción, que nunca la hayan oído, que quieran rememorar otras épocas, y para terminar con un toque de humor, os dejo el vídeo de la canción:

miércoles, 16 de diciembre de 2009

REGALOS "DIFERENTES"

Como dice mi hija Paula, si queréis hacer un regalo "diferente" a los amantes de los perros, os invito a pasaros por el Hotel T3 Tirol, desde mañana día 17 por la tarde, hasta el domingo 20. Una muestra de lo que os encontrareis:



También podéis pasaros por su web: www.cesarspetlosophy.com