viernes, 24 de julio de 2009

EMBARAZADAS

Ayer iba andando por la calle y me di cuenta de que hay una serie de tics que repetimos las embarazadas inconscientemente:

1.- Tocarnos la barriga. Es instintivo ¿Protector? ¿Placentero? Yo diría que más bien es la unión de las dos. Es un intento de proteger el "envase" donde se está gestando nuestra querida criatura, pero además se une el placer de mantener contacto con ella. Más que acariciarnos la barriga acariciamos a nuestro bebé. Le hablamos e incluso, podría añadir, que jugamos con él. Yo, por lo menos, me acuerdo de jugar con Paula. Ella me daba pataditas y yo le devolvía toquecitos con mis dedos. Así podíamos pasar un buen rato.

2.- Las manos en jarras. No es chulería ¡¡¡es dolor de riñones!!! Dios, las lumbares. En mi primer embarazo tenía más dolor de ciática, lumbago. Ahora es el pie malo, obviamente el sobrepeso no le beneficia nada a mi pie roto y restaurado, y la ciática. El dolor de lumbares no es lumbago en este caso, o al menos no lo asocio a ello. Es más bien postural y me afecta más al lado izquierdo. De hecho, me duele a rabiar en el transporte, coche, autobús y menos mal que no he probado el avión, con sus largas esperas además del trayecto. Y el llamado "burrito de San Fernando" (para los que no lo sepan: unas veces a pie y otras andando), ahí también me machaca el dolor de riñones.

3.- El andar mostrando orgullosas las barrigas, que no responde a otra cosa que al intentar mantener nuestro centro de gravedad que día a día va cambiando. En mi caso vertiginosamente ¡¡¡qué barriga!!! Recuerdo, en el embarazo de Paula, que estaba recibiendo clases de danza del vientre. Una vez me quedé embarazada y esa pelota estomacal comenzó a crecer y crecer, el hacer giros resultaba altamente peligroso. No obstante reconozco que yo si estoy enormemente orgullosa de mi barrigota y de mi estado y lo luzco alegremente. De hecho, me encanta ponerme cosas ceñidas que lo hagan más evidente si cabe.

4.- El "espatarre". Este viene a ocurrir básicamente al final del embarazo, cuando el bebé comienza a encajarse, preparándose para su futura expulsión. Yo creo que ya ando espatarrada y eso que me queda bastante para el final. ¿Es este embarazo tan diferente al anterior? Mi bebé no está encajado ni en broma ¡¡¡Total no salta!!!

Por todo esto y mucho más, que seguro que no se me ha ocurrido, aún no entiendo como la gente evita mirarte en el metro, el autobús y luego, si te sientes con el valor de decir algo, responden con un "es que no sabía si estabas gordita o embarazada". Vamos, que hay signos que son obvios y no creo que pasen desapercibidos tan fácilmente. Por otro lado me niego a pensar que estamos rodeados de maleducados y desconsiderados, que te arrean codazos y empujones con tal de "pillar" un asiento antes que tu. Más bien prefiero pensar que estamos rodeados de analfabetos, y de los gordos, de los que no saben ni leer los pictogramas tan claros que se encuentran en los cristales del transporte público.

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